Cuatro de cada diez españoles se medicó para controlar su ansiedad
Las mujeres mayores de 34 años suelen ser las que habitualmente consumen los ansiolíticos. Son, generalmente, quienes atraviesan una situación económica difícil o de desempleo y poseen un nivel educativo bajo-medio.
Cuatro de cada diez españoles apeló al consumo de fármacos para controlar su ansiedad y uno de cada tres lo ha hecho en el último año, según se reveló en una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) entre 2.000 personas de entre 18 y 74 años. Los profesionales de la salud están preocupados por el alto índice de consumo.
El relevamiento no incluyó a aquellas personas que solo consumir infusiones de hierbas como la tila ni tranquilizantes naturales sino ansiolíticos, somníferos, antidepresivos u opiáceos, según especifica el sitio Elmundo.es
Consultados sobre las razones por las que se opta por la ingesta de los medicamentos, el 32% dijo hacerlo para poder conciliar el sueño, el 30% por problemas laborales, el 29% por sucesos traumáticos y el 17% por causas económicas.
A los profesionales médicos les preocupa el alto índice de consumo, en especial, cuando se comparan nuestros resultados con los obtenidos en encuestas similares realizadas en Portugal, Brasil, Bélgica e Italia.
No obstante, un 43% de los pacientes toma dosis inferiores a las indicadas por sus médicos. A pesar de ello, seis de cada diez dijo que su médico no les advirtió de la posible dependencia que podrían generar al fármaco y de los riesgos ya que "pueden provocar pérdidas de memoria y somnolencia diurna".
A su vez, luego de abandonar los medicamentos, los pacientes asumen peligros de distinto tipo ya que el 38% experimenta dificultades para dormir tras dejar de tomar ansiolíticos y a un 37% les aumenta la ansiedad.
Prueba de las mencionadas problemática una vez que el paciente decide abandonar el tratamiento es que el 26% experimentó problemas de ansiedad al dejar de tomarlos y el 22% mayor irritabilidad.
Para evitar correr riesgo, se recomienda a quienes sientan nervios y tengan problemas para dormir cambiar el estilo de vida, hacer más ejercicio, comer de forma más sano y comentar su situación con alguien conocido antes de recurrir a los medicamentos.
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