¿Eres adicto al trabajo? ¡Averígualo!

La adicción al trabajo es una enfermedad muy presente en la sociedad actual y de acuerdo con una investigación conjunta de la Universitat Politècnica de València (UPV), Jaume I (UJI) y País Vasco (EHU) las cifras continuarán aumentando. Hoy en día en España un 4,6% de los trabajadores sufren de ello, pero estiman que para 2015 la cifra llegará a triplicarse (11,8%). Sin embargo es posible identificar algunos síntomas para poder identificar a los adictos. Conócelos a continuación.
La adicción al trabajo
El concepto es relativamente moderno. El término fue acuñado por primera vez en 1968 por un profesor estadounidense para referirse a su propia relación con el trabajo, comparándolo con la adicción al alcohol (workaholic: adicto al trabajo).
Una investigación realizada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) explica que esta enfermedad se produce a partir de una interacción particular entre diferentes condiciones laborales, personales y sociales. Las presiones, la competitividad, el manejo de las tecnologías de la información (TIC) y la posibilidad de estar siempre al alcance de los demás, trabajando desde dónde sea a la hora que sea influyen en el aumento de este fenómeno.
Síntomas de un adicto al trabajo
Existen numerosos indicios comunes en todos aquellos que padecen este síndrome. A continuación enumeramos algunos:
1. El trabajo es el centro de su vida
La vida de los trabajólicos o “workahólicos” gira en torno a su trabajo. Le dan mayor importancia a él que a cualquier otra cosa: familia, amigos, ocio…
2. Están sobre motivados
Los adictos al trabajo son altamente enérgicos y muy motivados, especialmente por la competencia y la comparación con otros.
3. Trabajan demasiado
Trabajan más de lo que se les pide y si bien presentan un rendimiento brillante a corto plazo, sus expectativas cada vez más altas de sí mismos los llevan a querer mayores desafíos, en ocasiones inalcanzables, por lo que eventualmente dejan de progresar y se estancan.
4. Necesitan controlarlo todo
Incrementa su necesidad por controlar todo lo que les rodea: circunstancias, el ambiente laboral, el trabajo suyo y de los demás. Se sienten incómodos en situaciones que escapan de su manejo y tienen muchas dificultades para delegar tareas.
5. Tienen dificultades para comunicarse
Se focalizan en sus tareas y no en las relaciones con sus colegas o jefe. El trabajo en equipo les es muy complicado y no son capaces de delegar.
6. Su salud está deteriorada
Por el mismo hecho de que viven presionados y estresados sufren numerosas enfermedades.
7. Tienen muchos problemas extra laborales
Al controlar mucho todos los aspectos de su trabajo, no prestan atención a los demás ámbitos y esto se nota. Son altamente deficientes a nivel familiar. Quienes son adictos al trabajo suelen descuidar sus relaciones, son más pasibles de separarse de su pareja.
La adicción al trabajo
El concepto es relativamente moderno. El término fue acuñado por primera vez en 1968 por un profesor estadounidense para referirse a su propia relación con el trabajo, comparándolo con la adicción al alcohol (workaholic: adicto al trabajo).
Una investigación realizada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) explica que esta enfermedad se produce a partir de una interacción particular entre diferentes condiciones laborales, personales y sociales. Las presiones, la competitividad, el manejo de las tecnologías de la información (TIC) y la posibilidad de estar siempre al alcance de los demás, trabajando desde dónde sea a la hora que sea influyen en el aumento de este fenómeno.
Síntomas de un adicto al trabajo
Existen numerosos indicios comunes en todos aquellos que padecen este síndrome. A continuación enumeramos algunos:
1. El trabajo es el centro de su vida
La vida de los trabajólicos o “workahólicos” gira en torno a su trabajo. Le dan mayor importancia a él que a cualquier otra cosa: familia, amigos, ocio…
2. Están sobre motivados
Los adictos al trabajo son altamente enérgicos y muy motivados, especialmente por la competencia y la comparación con otros.
3. Trabajan demasiado
Trabajan más de lo que se les pide y si bien presentan un rendimiento brillante a corto plazo, sus expectativas cada vez más altas de sí mismos los llevan a querer mayores desafíos, en ocasiones inalcanzables, por lo que eventualmente dejan de progresar y se estancan.
4. Necesitan controlarlo todo
Incrementa su necesidad por controlar todo lo que les rodea: circunstancias, el ambiente laboral, el trabajo suyo y de los demás. Se sienten incómodos en situaciones que escapan de su manejo y tienen muchas dificultades para delegar tareas.
5. Tienen dificultades para comunicarse
Se focalizan en sus tareas y no en las relaciones con sus colegas o jefe. El trabajo en equipo les es muy complicado y no son capaces de delegar.
6. Su salud está deteriorada
Por el mismo hecho de que viven presionados y estresados sufren numerosas enfermedades.
7. Tienen muchos problemas extra laborales
Al controlar mucho todos los aspectos de su trabajo, no prestan atención a los demás ámbitos y esto se nota. Son altamente deficientes a nivel familiar. Quienes son adictos al trabajo suelen descuidar sus relaciones, son más pasibles de separarse de su pareja.
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