Imagínate frente a un gran público presentando tu nuevo producto o bien frente a cinco ejecutivos de alto rango de tu empresa que con solo un chistar pueden decidir sobre tu continuidad en la firma. Seguramente, los nervios invadirán tu cuerpo de solo pensarlo pero no pueden perjudicar el éxito de tu presentación.
¿Por dónde empezar tu relato?, ¿qué decir?, ¿qué no decir?, ¿cómo actuar? Estas serán solo algunas de las interrogantes que nublarán tu mente. Para ayudarte a conservar la calma, toma nota de los siguientes 12 consejos consignados en el portal Unadocenade.com
Comenzar por consignar el proceso de creación, el valor agregado que implicará para el nuevo producto y los desafíos que debiste enfrentar, a través de una historia es lo ideal.
Es inevitable sentirse nervioso cuando sabemos que una audiencia nos está evaluando. Para que los nervios no te nublen en esa instancia, procura armarte un guión con palabras claves para repasar las ideas básicas que debes consignar.
Para hacer una presentación, la empresa debe elegir al presentador adecuado. Éste debe ser una persona que se maneje bien en idiomas. No es necesario que sepa detalles técnicos ya que para eso están los técnicos que, si es necesario, pueden participar.
En todos los casos pero especialmente cuando debas hacer una presentación en un idioma diferente al tuyo, ensayar es clave. Eso te dará fluidez y de esa forma ganarás confianza.
En este caso, lo aconsejable es que alguien actúe como defensor del cliente y cuestione al presentador todo lo que pueda. De ese modo, estará preparado para enfrentar cualquier situación y sabrá explicar por qué las cosas se hicieron de la forma en que se hicieron.
Muchas de esas presentaciones usan como recurso la tecnología pero no hay nada más engorroso que, en esos casos, dichos recursos no funcionen de acuerdo a lo previsto. Por esto, procura asegurarte que la conectividad funciona.
7. Garantízale al cliente el acceso al producto que presentas
De esta manera, te podrá dar su feedback o plantearte interrogantes.
Lo ideal es que podamos dar cuenta de ello de manera ordenada.
Aunque éstas sean duras, saca nota de ellas y escúchalas.
Una demostración de 30 minutos es ideal para lograr transmitir nuestro mensaje y que nuestro cliente no pierda la concentración.
Toda tu audiencia te estará prestando atención por lo que es el momento propicio para proponer nuevas ideas, opciones o recursos.
Transmitir un mensaje con pasión es gratificante para demostrar, con seguridad, que lo que decimos es cierto y es lo mejor. Esto no se aprende, está en cada uno estar seguro o no de lo que se dice.