Según datos divulgados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades crónicas o no transmisibles, no distinguen edad ni sexo y las defunciones por esa causa, en casi el 80% de los casos, ocurren en países de ingresos bajos y medios. Se trata de patologías que no se transmiten de persona a persona y son de larga duración.
África que es el único continente pobre donde aún las enfermedades crónicas no constituyen la principal causa de muerte aunque se estima que de cara al 2020, será el lugar donde los casos aumenten más.
Aunque la enfermedad suele vincularse a personas de avanzada edad, se cobra más de 9 millones de vidas de personas menores de 60 años. Sucede que muchos se exponen a factores de riesgo tales como dietas malsanas, la inactividad física, la exposición al humo de tabaco o el uso nocivo del alcohol.
Hoy el cigarrillo se cobra la vida de casi 6 millones de vidas cada año y en 2030 se estima que la cifra aumente a 8 millones.
Además, el no hacer ejercicio físico en pos del sedentarismo motivado por las nuevas costumbres laborales y hábitos tecnológicos, hace que unas 3,2 millones de personas mueran anualmente.
El consumo de frutas y verduras también es un elemento clave para preservar tu salud, prueba de ello es que su baja ingesta ha generado 1,7 millones de defunciones. Y el alcohol, otro de los factores de riesgo, es la causa de la mitad de las 2,3 millones de muertes al año registradas por las ENT.
Desde la OMS, recomiendan atacar los factores que pueden desencadenar el surgimiento de las enfermedades no transmisibles y emprender medidas de impacto tales como promover la detección precoz de los enfermos dado que así además de poder tratar la patología a tiempo, se podrá ahorrar el dinero que cuestan tratamientos más extensos y caros.
La organización internacional ha incluido medidas en tal sentido en su Plan de Acción 2008-2013 para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles para que sus países miembros acaten.