Científicos presencian en detalle el nacimiento de una estrella
Por primera vez y gracias al telescopio ALMA, un equipo internacional de astrónomos ha logrado captar imágenes muy detalladas del proceso de formación de una estrella
El fenómeno de formación de las estrellas ha sido uno de los principales focos de interés de la astronomía por un tiempo. Numerosas investigaciones se han realizado en torno a ello desde hace varias décadas. El avance en las tecnologías ha permitido crear telescopios de mayor alcance y calidad de imágenes, y esto ha dado lugar a diversos descubrimientos. Sin embargo, un equipo de astrónomos ha logrado presenciar el nacimiento de una estrella a través de imágenes muy detalladas y cercanas. El estudio ha sido publicado esta semana en el Astrophysical Journal.
El colectivo de científicos liderado por el docente puertorriqueño Héctor G. Arce de la Universidad de Yale ha utilizado el telescopio conocido como ALMA (Atacama Large Milimeter/submilimiter Array) para captar el proceso de formación del astro.
Descubren nuevos componentes estelares
Las estrellas recién nacidas expulsan numerosas sustancias, que ya habían sido previamente estudiadas en profundidad por los astrónomos George Herbig (EE. UU.) y Guillermo Haro (México) en los años 40. Sin embargo, gracias a ALMA el grupo de investigadores pudo descubrir nuevos flujos, que anteriormente no pudieron ser identificados por ser extremadamente veloces.
Según explica el sitio abcblogs.abc.es, a través de estas imágenes vívidas fue que los investigadores constataron que las corrientes expedidas por las estrellas recién formadas son mucho más energéticas y poderosas de lo que inicialmente pensaron. Descubrieron además una nueva corriente, imperceptible hasta ahora, que se desplaza en dirección opuesta a las demás.
Los materiales que expulsan las estrellas salen a grandes velocidades y al colisionar con el gas que las rodea se genera un objeto Herbig-Haro. En este caso ALMA captó dos corrientes que se desplazaron en direcciones opuestas, una dirigida a la Tierra y la otra alejándose de ella. La segunda no había podido ser percibida con luz visible, y solo pudo observarse en la oscuridad. Asimismo, el telescopio permitió medir la velocidad en la que se mueven los materiales por el espacio.
Otro de los coautores del trabajo, Diego Mardones de la Universidad de Chile sostuvo que el sistema de formación del objeto Herbig-Haro es similar al que se produce en la formación y posterior nacimiento de estrellas más pequeñas. Por otro lado es también distinto ya que una corriente colisiona con las nubes que rodean a la estrella, mientras que la otra escapa a eso. Esto lo hace sumamente interesante para estudiar cómo los vientos estelares afectan las nubes de las estrellas una vez que éstas nacen.
La nitidez que logra ALMA permitió además el descubrimiento de un flujo inesperado que parecía venir de una masa menor. Éste se desplaza casi de manera recta con respecto al objeto principal y parece encontrar una manera de atravesar la nube que lo rodea.
Sólo tomó a ALMA 5 horas captar estas imágenes (10 veces menos de lo que tomaría a cualquier otro telescopio) y sorprendentemente aún se encuentra en construcción.
Esto permitirá realizar el trabajo de manera más eficiente y veloz, indica Stuart Corder, integrante del ALMA Observatory de Chile y coautor de la investigación.
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