Un grupo de investigadores españoles creó un chip flexible y biocompatible que permite controlar la actividad cerebral de un paciente y administrarle fármacos en caso de necesitarlo. Al momento, los implantes han sido probados in vivo en ratas y podrían servir para tratar enfermedades neurodegenerativas, según se publica en un artículo del portal Muyinteresante.es
Los microelectrodos que se usan hoy son de silicio y según la investigadora del CSIC en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, Rosa Villa, generan efectos secundarios.
A diferencias de los disponibles actualmente, el nuevo chip es fabricado sobre polímero SU-8. Los dispositivos, igualmente, solo han sido probados in vivo en ratas y el siguiente paso consiste en hacer pruebas con usuarios para generar prototipos para la biomedicina.
Lo más novedoso de ellos es la integración de los electrodos a la superficie del polímero en el mismo nivel.
Ane Altuna, investigadora en Ikerlan y quien está a cargo de la parte tecnológica, explicó que “la integración de los canales fluídicos se llevó a cabo mediante técnicas de litografía y el desarrollo de un sistema de encapsulado que garantiza el registro y la liberación simultánea de los fármacos”.
En el ámbito de la salud se trata de un importante avance no solo para mejorar los tratamientos de enfermedades neurodegenerativas sino para poder mejorar la detección ya que, en algunos casos, solo es posible detectar el Parkinson, la epilepsia y el Alzheimer por medio de electrodos colocados en el cerebro de la persona.
En este momento, los investigadores buscan empresarios interesados que puedan crear los chips a gran escala, una vez que haya sido analizada su viabilidad.