El bilingüismo, aseguran, es una forma de mantener el cerebro en alerta,
activo. Los beneficios de aprender un segundo idioma son visibles desde
el útero y le permiten al organismo no verse afectado tempranamente por
estados de demencia.
Una investigación encabezada por Ellen Bialystok, psicólogo de la Universidad de York en Toronto, Canadá, y presentada la semana pasada en la reunión de la Asociación Americana de Avance de la Ciencia en Washington, comprobó que el bilingüismo ayuda a prevenir la demencia preservando al cerebro incluso en edad adulta.
Los estudiosos analizaron el estado de 102 pacientes con Alzheimer bilingües y 109 monolingües con el mismo nivel de demencia. Y, de acuerdo a lo publicado por Bialystok, los primeros fueron diagnosticados con la enfermedad cuatro años después que los otros.
Quienes saben más de una lengua parecieran tener protegido de ciertos daños a su cerebro el que sigue funcionando de mejor manera que el de los que sólo manejan un idioma y a pesar de las lesiones.
Janet Werker, psicóloga de la Universidad de British Columbia, Canadá, asegura que
los beneficios del bilingüismo se manifiestan desde el útero y que éstos niños suelen no confundir los idiomas al nacimiento.
Mantener la distinción de los idiomas requiere de un esfuerzo extra mental e implica, en opinión de Werker, estar en un estado de “vigilancia sensorial reforzada” que es posible conservar por toda la vida al tiempo que señaló que
“si queremos aprender un segundo idioma, [necesitamos] reservar algo de tiempo para ello y las pruebas sugieren que la recompensa vale la pena”.