Un nuevo informe de la Unión General de Trabajadores (UGT) afirma que desde 2011 el presupuesto destinado a becas se ha reducido en un 19% a nivel general y a nivel universitario en un 70%.
Las ayudas que brindan los gobiernos y las universidades son claves para alivianar el efecto del aumento de tasas universitarias, las cuales han aumentado progresivamente en la mayoría de las comunidades desde 2011. Pese a la importancia previamente denotada en estudios de la Unión Europa (UE), un nuevo estudio de la Unión General de Trabajadores (UGT) afirma que el presupuesto de becas universitarias ha descendido un 70% desde 2011.
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El estudio de la UGT analiza la reducción del presupuesto educativo destinado a becas y cómo esto aumenta los obstáculos del acceso a una formación universitaria.
Denominado “Becas y Ayudas al Estudio. Fin de la equidad”, el informe reprocha la reducción del presupuesto y la eliminación de algunas becas, que “impiden que muchos estudiantes puedan continuar con su educación por no poder costearla”. También destaca el endurecimiento de los requisitos de acceso a las becas y su cuantía.
El sindicato señala que entre las ayudas que el Gobierno ha recortado se encuentran los gastos de escolarización, materiales escolares, y desplazamiento y movilidad, lo que hace que “a pesar de que haya un mayor número de becarios, ya que hay más estudiantes, las becas sean insuficientes, mínimas o nulas”, conclusión a la que ya había arribado un estudio de 2013 de la UE.
El informe indica como ejemplo, que un estudiante de un ciclo de grado superior que en 2012-2013 “podría recibir casi 7.000 euros de beca, mientras que en el curso actual puede optar a poco más de 4.500 euros”.
Indica además del aumento de las tasas universitarias, que actualmente paga el 70% de los universitarios españoles, es normal “desconocer la cuantía de la beca que le corresponderá, así como cuándo será abonada”. Con respecto a los nuevos umbrales de renta, el sindicato afirma que “supone una menor aproximación a la realidad económica del estudiante y a sus necesidades prácticas”.
Sostiene que la política de becas actual no es "justa", y “rompe el objetivo de conformar un sistema donde la educación debe regirse por los principios de equidad e igualdad de oportunidades”.
Considera que es necesario el aumento del presupuesto educativo, así como un mínimo establecido de inversión que garantice la oferta académica, elevándose hasta alcanzar la media europea.