A pesar de no ser muy conocida, esta carrera es clave en la actualidad para asegurar nuevos mercados y adelantarse a la competencia en el mundo empresarial. Descubre qué es y dónde estudiarla.
La economía es un fenómeno fluctuante, con grandes incidencias en todos los sectores, y la empresa no es excepción. Para abrir las puertas de una compañía y triunfar en nuevos mercados, venciendo a la competencia, es fundamental dar lugar a nuevas profesiones que velen por el desarrollo económico de las firmas y su futuro. Una de las más importantes es la Inteligencia Económica.
Si piensas volver al aula en busca de tu título de postgrado, pero aún no sabes en qué formarte, te acercamos esta interesante carrera, que actualmente florece en el mercado local e internacional y tiene una alta tasa de inserción.
La información es un arma necesaria, y el manejo de la información, el poder realizar predicciones precisas, la búsqueda de nuevos nichos de mercado, el análisis de la competencia y las áreas de inversión, son claves para triunfar y vencer a la competencia.
El profesional en Inteligencia Económica es el que obtiene, analiza y protege la información estratégica para las empresas y gobiernos. Este profesional es importante, por lo que desde 2009 las universidades españolas públicas y privadas cuentan con esta carrera en su currículo.
Expertos en el área sostienen que España se encuentra rezagada en esta materia con respecto a Francia o Reino Unido. Afirman que actualmente solamente las grandes empresas españolas cuentan con un departamento dedicado a la Inteligencia Económica, mientras que las pymes carecen completamente de estos profesionales.
La ingeniera industrial y directora de Inteligencia Competitiva de Telefónica hasta 2006, Sonia Gogova, señala que “para las pymes que desarrollan su actividad en un entorno competitivo cambiante a nivel normativo o tecnológico, esta disciplina es absolutamente necesaria y debe ser una pieza clave a incorporar en su dirección”.
Por su parte, la directora académica del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad de la Universidad Pontificia Comillas (UPC), Virginia Ródenas, afirma que “el desconocimiento por parte de las compañías de las tendencias de mercado y de las intenciones de sus competidores puede abocarlas al fracaso”, como ocurrió con Polaroid, que tras 50 años de líder del mercado fotográfico, no supo prever el potencial de lo digital y debió declararse en bancarrota.
Entretanto, el director del Máster de Inteligencia Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Fernando Esteve, señala que “las empresas se han dado cuenta de que tienen que salir y competir fuera, y para eso necesitan expertos capaces de analizar los nuevos mercados, la idiosincrasia de esas sociedades y las estructuras jurídicas”.
Con la proliferación y demanda de profesionales en el área, hoy varias universidades públicas y privadas presentan estudios en Inteligencia Económica: Carlos III de Madrid (UC3M), Rey Juan Carlos (URJC), la Autònoma de Barcelona (UAB), la UPC, la Universitat Francisco Vitoria (UFV).
Los títulos propios tienen una duración aproximada de entre 6 meses y 1 año, y los precios se sitúan entre los 4.500€ y 6.900€. Los postgrados comienzan a dictarse este mes y continúan hasta enero, septiembre u octubre de 2015.
Actualmente el único postgrado con el sello del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) es el impartido conjuntamente por la UC3M, la URJC, la UB y la UAB, con un 95% de inserción laboral en las 5 promociones graduadas.
Entre las habilidades que aprenden los estudiantes se encuentran la realización de búsquedas “sin dejar rastro, a identificar las vulnerabilidades y los riesgos para evitar fugas de información o el control de la web por parte de terceros”, sostiene el docente Mario López de la UPC.
Además, aprenden a utilizar redes anónimas y a utilizar navegadores alternativos a los más populares, comandos avanzados en la búsqueda online, técnicas de reclutamiento o creación de estrategias a través de redes sociales, “todo dentro de los límites legales. Esta disciplina no tiene nada que ver con el espionaje”, asevera López.
Pero la profesión no sólo se centra en la búsqueda de información, sino en la interpretación y asistir en la creación de estrategias y medidas al directivo. Con el aumento de la competencia y de la agresividad, es importante mantenerse actualizado a los constantes cambios y predecir lo que vendrá.