Las experiencias cercanas a la muerte generan recuerdos más reales que la realidad
Un nuevo estudio sobre las experiencias cercanas a la muerte (ECM) determinó que los recuerdos generados en esos casos son más reales que las remembranzas de eventos que verdaderamente ocurrieron.
Aunque muchas personas que han estado a punto de morir afirman haber visto una luz al final de un túnel o tenido la sensación de salir de su cuerpo, las experiencias cercanas a la muerte (ECM) siempre han sido difíciles de comprender y verificar. Múltiples investigaciones y teorías a lo largo de los años han oscilado entre alucinaciones y mecanismos de defensa psicológica a la hora de darle sentido estos fenómenos, pero ninguna ha llegado a una explicación veraz
El estudio más reciente, según publicó el portal tendencias21.net, fue realizado por investigadores belgas que analizaron los ECM desde la perspectiva de los recuerdos y descubrieron que las memorias de estas experiencias son más reales que las generadas por vivencias verdaderamente acontecidas.
La investigación realizada en colaboración con científicos del Coma Sciencia Group y de la Unidad de Psicología Cognitiva de la Universidad de Liège, en Bélgica, estudió las experiencias de pacientes supervivientes a estados de coma, cuyos recuerdos fueron comparados con los de un grupo de control compuesto por voluntarios sanos.
Los científicos tomaron como hipótesis que si los recuerdos de ECM son fruto de la imaginación, algunas de sus características fenomenológicas (detalles sensoriales, autorreferenciales, emocionales, etc.) serían similares a las de otros recuerdos imaginarios. La investigación concluyó que las características fenomenológicas no sólo se diferenciaban de las de hechos imaginados, sino que poseían más detalles sensoriales que recuerdos de hechos reales.
El director del Coma Science Group, Steven Laureys, explicó que, en estas situaciones, los mecanismos fisiológicos y químicos del cerebro funcionan de manera distinta al día a día, pudiendo, incluso, “crear” una percepción que es procesada por el individuo como proveniente de la realidad.
Esta investigación propone la posibilidad de estudiar estos fenómenos conjugando lo psicológico y lo fisiológico, y abre nuevas puertas para entender cómo el cerebro crea estas experiencias cercanas a la muerte de manera más real que muchas otras que verdaderamente ocurrieron, agregó Laureys.
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