El portal web compromisoempresarial.com enumera los siete mitos que se suelen afirmar sobre la integración de los consejos directivos. Toma nota de ellos ya que no todos es lo que parece ni todo lo que se afirma es cierto.
Los hombres suelen vincular el trabajo de calidad con la cantidad de horas trabajadas. Sin embargo, para integrar un consejo no se necesita más de veinte minutos diarios o dos horas a la semana para reunirse.
Esto no es cierto. Para gobernar bien es necesario tener sentido común para poder advertir riesgos, oportunidades y ser prudente. Con esas cualidades y un conocimiento básico del negocio, alcanza.
En realidad si bien es valorado que algunos de los miembros cuenten con experiencia, la dirección debe estar integrada por diferentes personas con diferentes talentos.
Integrar el consejo implica asumir un rol desde el cual aportar a la organización. Aunque muchos entienden que esa posición es el último escalón de la carrera profesional de cualquier persona, no todos lo viven así.
Más que rigurosos suelen ser conservadores. La opinión del primer ejecutivo es la que más cuenta. Luego los asesores y las comisiones de nombramiento lo ejecutan.
Tampoco es cierto ya que, según se especifica en el artículo, nadie controla los aportes de los consejeros.
Un consejero debe ayudar a la dirección no en base al conocimiento de ritos sino en base al desarrollo de sus capacidades directivas. En realidad, la experiencia puede ser bien valorada pero no es esencial para alcanzar el cargo.