La empresa de recursos humanos Ranstad, en un reciente informe, reveló que el 53,3% de los encuestados dijo regresar a su trabajo luego de las vacaciones con normalidad y sin depresión postvacacional. Ese porcentaje registrado es un 14% menor al relevado en 2011 del 39,26%.
Castilla-La Mancha con un 38%, Madrid con un 37% y Canarias con un 31% fueron las comunidades autónomas en las que se dio un mayor incremento del volumen de trabajadores sin estrés postvacacional. Asturias y País Vasco son las únicas comunidades en las que ha aumentado el desánimo al incorporarse al trabajo, con un incremento del 22,50% y del 11,45%, respectivamente.
Por edades, el 60% de los empleados de entre 16 y 24 años no sufre depresión postvacacional, seguidos de los trabajadores de entre 25 y 29 años, con un 59% y de los de entre 45 y 65 años con un 53,5%, lo que demuestra que "a mayor edad, más nos cuesta volver a la rutina".
Según el informe, un 56% de los encuestados necesita entre una y dos semanas para superar el estrés después del verano, mientras que el 39,5% asegura adaptarse a la rutina en un día.
Tomando en cuenta el género, según Randstad, más del 60% de los hombres encuestados dice no sufrir depresión postvacacional, mientras que entre las mujeres este porcentaje es del 48%.
Este transtorno "dificulta la adaptación al nuevo ritmo laboral" y se manifiesta en "irritabilidad, insomnio o tristeza", así como dolores de cabeza y desmotivación.
Para superar el estrés postvacacional, la empresa que realizó el informe aconseja que los trabajadores se planteen objetivos sencillos y alcanzables durante los primeros días de la vuelta al trabajo y positivismo ante el regreso a la oficina, tanto en las tareas laborales como con los compañeros de trabajo.
Además, recomienda planificar tareas, volver de las vacaciones dos o tres días antes de la incorporación al trabajo y tener una comunicación fluida con el grupo.