Biografía
Sus padres fueron Francesco Gramsci (1860-1937) y Giuseppina Marcias
(1861-1932). Francesco era originario de Gaeta y estudiaba derecho, pero
a causa de la pobreza de su familia debió buscar rápido un trabajo y
partió para Cerdeña. En el año 1881 se empleó en la oficina de registro
de Ghilarza (provincia de Oristán). Allí conoce a Peppina, que sólo
había estudiado hasta tercero de primaria y se casan, a pesar de la
oposición de los padres de ella. Durante este período nacieron sus
hijos: Gennaro (1884), Grazietta (1887), Emma (1889) y el 22 de enero de
1891, en Alès, Antonio, bautizado el 29 de enero.
El año siguiente los Gramsci se mudaron a Sorgono (provincia de Nuoro),
donde nacen sus hijos: Mario en 1893, Teresina en 1895 y Carlos en 1897.
Arrestado el 9 de agosto de 1898 con la acusación de peculado,
concusión y falsedad en actos, Francesco Gramsci es condenado el 27 de
octubre de 1900 al mínimo de la pena con la atenuante del “leve valor”: 5
años, 8 meses y 22 días de cárcel, para expiar en Gaeta. Privados del sueldo del padre, son años de extrema miseria para los Gramsci. En ese entonces Antonio, a
raíz de una caída cuando tenía tres años, sufre un traumatismo que le
provoca una deformación en su columna y no crece más: su altura no
superará el metro y medio. Según otra versión, la de la autopsia y
los datos que dan en la "Casa-museo de Antonio Gramsci" en Ghilarza,
suponía que estaba enfermo de tuberculosis osteoarticular, lo que
impidió su crecimiento normal. Dicho padecimiento había afectado sus pulmones poco antes de su muerte.
Antonio comienza a asistir a la escuela primaria a los siete años y la
concluye en 1903 con el máximo de calificaciones. Sin embargo, las
condiciones de la familia no le permiten inscribirse a la secundaria y
da su pequeña contribución a la economía doméstica trabajando en la
Oficina del Catastro por 9 liras al mes, el equivalente a un kilo de
pan al día. Trabajaba diez horas al día removiendo «registros que
pesaban más que yo y muchas noches lloraba a escondidas porque me dolía
mucho el cuerpo».
El 31 de enero de 1904 Francesco termina de cumplir su condena y obtiene
un empleo de escribano en la Oficina del Catastro. Es así que Antonio
puede inscribirse en la escuela secundaria municipal de Santu Lussurgiu,
a 18 kilómetros de Ghilarza, «una pequeña escuela en la cual tres
presuntos profesores regañaban, con caras exageradamente sombrías,
durante las cinco clases»cita requerida. Con esta preparación aventurada
logra graduarse en Oristán y en el verano de 1908 se inscribe en el
liceo Dettori de Cagliari, donde comparte una pensión junto a su hermano
Gennaro, que trabaja en una fábrica de hielo.
Al fin del segundo año del instituto, pide a su profesor, director de la Unión Sarda, poder colaborar durante el verano en el periódico con breves correspondencias y el profesor lo acepta: el 20 de julio de 1910 recibe la credencial de periodista. El año siguiente se gradúa del liceo con ochos y un nueve en italiano.
Turín
En 1911 el Colegio Carlo Alberto de Turín ofrece 39 becas de estudio, 70
liras al mes por once meses, para poder frecuentar la Universidad de
Turín «Partí para Turín como si fuese en estado de sonambulismo.
Tenía 55 liras en la bolsa, había gastado 45 para el viaje en tercera
clase de las cien obtenidas en casa». El 27 de octubre de 1911
concluyó los exámenes: los supera clasificándose en el noveno lugar; al
segundo está un estudiante proveniente de Sassari, Palmiro Togliatti.
Se inscribe en la facultad de Letras pero las 70 liras mensuales de la beca no bastan: «la
preocupación del frío no me permite estudiar porque paseo en la
recámara para calentarme los pies o debo de estar totalmente cubierto
porque no logró sostener la primera helada».
Sus opiniones políticas en aquel tiempo consisten en una genérica
adhesión a ideas socialistas que, originadas en un fuerte resentimiento
por las injusticias cometidas en la región del Mezzogiorno y
particularmente en Cerdeña, retiene por los retrasos de las decisiones
políticas y económicas hechas por los continentales.
Está en casa para las elecciones políticas del 26 de octubre de 1913,
Italia se encuentra en guerra contra Turquía por la conquista de Libia; votan,
por primera vez, hasta los analfabetos, pero la corrupción y la
intimidación electoral son las mismas de las elecciones precedentes.
Angelo Tasca, joven dirigente socialista turinés, amigo y compañero de
estudios de Gramsci, escribe que Antonio «había sido muy golpeado por la
transformación producida en aquel ambiente de la participación de las
masas campesinas en las elecciones, aunque no supieran y no pudieran
todavía servirse por cuenta ellos de la nueva arma. Fue este espectáculo, y la meditación de esto, que hizo definitivamente de Gramsci un socialista».
En los primeros días de noviembre de 1913, va a habitar en una
buhardilla del último piso del palacio de calle San Máximo 14, hoy
Monumento nacional; debe fecharse en este periodo su inscripción al partido socialista.
Está en retardo con los exámenes, a causa de «un tipo de anemia
cerebral, que me quita la memoria, que me devasta el cerebro, que me
hace enloquecer hora tras hora, sin que logre encontrar descanso ni
paseando, ni tendido en la cama, ni tendido en el piso arrollándome en
ciertos momentos como un furibundo». Para no perder el abono mensual de
la Fundación Albertina logra recuperar diversos exámenes entre marzo y
abril de 1914.
Toma lecciones privadas de filosofía con el profesor Annibale Pastore
por lo que escribió luego que «su orientación era originalmente
crociana [...] quería darse cuenta del proceso formativo de la cultura a
los fines de la revolución [...] como hace el pensar para actuar [...]
como las ideas se vuelven fuerzas prácticas». Gramsci escribirá sobre haber sentido también la necesidad de superar un modo de vivir y de pensar atrasado,
como aquel que era propio de un sardo del principio de siglo, para
apropiarse un modo de vivir y de pensar no más regional y de aldea, pero
nacional» pero también «de provocar en la clase obrera la superación de
aquel provincialismo al revés de la “bola de plomo” [como el Sur era
generalmente considerado en el Norte] que tenía sus profundas raíces en
la tradición reformista y corporativa del movimiento socialista».
Frecuenta a los jóvenes compañeros de partido, entre los cuales se encontraban Tasca, Togliatti, Terracini «salíamos
seguido de las reuniones partido [...] mientras los últimos noctámbulos
se detenían a observarnos [...] continuábamos nuestras discusiones,
mezclándolas de propuestas feroces, de carcajadas estrepitosas, de
galopes en el reino de lo imposible y del sueño».
En la Italia que ha declarado la propia neutralidad en la primera guerra
mundial en curso – neutralidad también afirmada por el partido
socialista – escribe por la primera vez, sobre el periódico socialista turinés Il Grido del popolo, el 31 de octubre de 1914,
el artículo Neutralidad activa y operante en respuesta del artículo de
Mussolini De la neutralidad absoluta a la neutralidad activa y operante,
sin comprender, sin embargo, en que momento político crucial el
importante y popular exponente socialista se propusiese entonces.
Sostiene el 13 de abril de 1915 aquel que será su último examen en la Universidad; Italia entra en guerra y Gramsci siente, como nunca antes, la necesidad de un compromiso político directo y asiduo.
Actividad periodística
Desde los primeros meses de 1916, en plena guerra mundial, es uno de
los tres redactores del semanario de la sección socialista de Turín “El
Grito del Pueblo” y de la hoja turinesa del “Avanti!” bajo la
sección Bajo la Mole; publica breves panfletos y de crítica teatral. Más
tarde dirá haber escrito, en diez años de periodismo, «quince o veinte
volúmenes de 400 páginas, pero escritas al día y debían morir después
del día» y se jactará de haber contribuido a hacer popular el teatro de
Pirandello, entonces incomprendido o escarnecido. Se libera del
aislamiento de su vida de estudiante pobre y huraño visitando obreros,
teniendo algunas conferencias en los círculos socialistas y escribe
por sí mismo el número único del periódico de los jóvenes socialistas
“La Città futura”, publicado el 11 de febrero de 1917.
Aquí muestra su intransigencia política, su ironía, hasta en contra de
los socialistas reformistas, el fastidio hacia cada expresión retórica
pero también su formación idealista, sus deudas culturales en las
confrontaciones de Croce, superiores hasta a aquellos debidos a Marx «En
aquel tiempo» - escribirá – «el concepto de unidad de teoría y
práctica, de filosofía y política, no estaba claro en mí y yo era por
tendencia Crociano».
Después de los arrestos efectuados en Turín, Gramsci, viene a ser el
único redactor de “el Grito del Pueblo” que cesa de publicarse el 19 de
octubre de 1918. Terminada la guerra, Gramsci trabaja únicamente a la
edición piamontesa del Avanti! desde el 5 de diciembre pero los jóvenes
socialistas turineses, Gramsci, Tasca, Togliatti y Terracini
intentan expresar, después de la revolución rusa, nuevas exigencias en
la actividad política socialista, que no sienten representadas en la
Dirección Nacional: «Queríamos hacer, hacer, hacer, nos sentíamos
angustiados, sin una orientación, hastiados en la ardiente vida de
aquellos meses después del armisticio, cuando parecía inmediato el
cataclismo de la sociedad italiana». El primero de mayo de 1919 se
publicó el primer número de Orden Nuevo con Gramsci como secretario de
redacción y animador de la Revista.
L'Ordine Nuovo
La línea política de la revista, después de un camino incierto, se
define sobre posiciones netamente obreras. De hecho, si la democracia
burguesa tiene su punto de apoyo institucional en el Parlamento, la
democracia proletaria asigna a los consejos de fábrica esta posición
democrática necesaria para el nacimiento del nuevo orden. De aquí surgen
las batallas para la introducción y la difusión de estos consejos, la
proximidad con los sentimientos y las opiniones de los obreros, la
crítica al partido socialista (partido para los proletarios, pero no del
proletariado) completamente homologado a la lógica del poder burgués y
por eso mismo incapaz de expresar una alternativa política real.
Los Consejos de Fábrica
Fundó junto a Angelo Tasca, Palmiro Togliatti y Umberto Terracini el
diario L'Ordine Nuovo (reseña semanal de cultura socialista) en 1919 y
colaboró en la revista La Città Futura. Participa en el movimiento de los consejos de fábrica de Turín (1919-1920).
La Praxis
Apoya la huelga de abril de 1920, la ocupación de las fábricas del septiembre siguiente y la frustrada huelga de abril de 1921. Además polemiza contra la dirección del partido socialista, tanto contra los maximalistas como contra los reformistas,
indica un programa que sacude la explícita aprobación de Lenin al II
Congreso de la III Internacional comunista que pide la expulsión del
partido de los reformista y de algunos maximalistas.
La Fundación del Partido Comunista de Italia (PCd'I)
La escisión tiene lugar el 21 de enero de 1921, en el Teatro San Marco
de Livorno, con el nacimiento del Partido Comunista de Italia (PCI)
, sección italiana de la Internacional. En el comité central entran dos
ordinovistas, Gramsci y Terracini, mientras el Ejecutivo está conformado
por Amadeo Bordiga, Bruno Fortichiari, Luigi Repossi, Ruggiero Grieco y
Umberto Terracini Desde el primero de enero de 1921 Gramsci dirige
“L’Ordine Nuovo”, que se había convertido en uno de los diarios
comunistas junto a “Il Lavoratore” de Trieste e “Il Comunista” de Roma,
este último dirigido por Togliatti. La línea del partido es dictada por
Bordiga, con el cual Gramsci no comparte sus posiciones sectarias, sin
embargo, no tomó contra tales posiciones una explícita confrontación. En
la dirección del periódico mira con respeto las posiciones de los
católicos de izquierda de la corriente de Guido Miglioli del Partido
popular, no tolera las tradicionales posiciones anticlericales del movimiento socialista,
y confía al liberal Piero Gobetti la crítica teatral. No es electo
diputado en las elecciones del 15 de mayo: no tiene capacidades
oratorias, todavía es joven y tampoco su constitución física le facilita
la apreciación de muchos electores.
Agotado el empuje revolucionario en los escenarios europeos se plantea
una reacción política para enfrentar lo que sería necesario: que los
partidos socialistas y comunistas hagan un frente común, pero Bordiga
está en contra de todo acuerdo, también en contraste con la dirección de
la Internacional, en el segundo congreso nacional comunista de Roma en
marzo de 1922, una vez más Gramsci, pese a discrepar privadamente, no se expresa contra las posiciones de la mayoría bordiguiana.
Al fin de mayo parte rumbo a Moscú, designado para representar al
partido italiano en el ejecutivo de la Internacional comunista. Llega ya
enfermo y en el verano se recupera en un sanatorio para enfermedades
nerviosas de Moscú. Aquí conoce a una paciente rusa, Eugenia Schucht,
una violinista que había vivido algunos años en Italia y, a través de
ella, a su hermana Julia (1894-1980), también ella violinista, que había
permanecido varios años en Roma graduándose en el Liceo musical romano.
Julia, de veintiséis años, es bella, alta, tiene un aspecto romántico; Gramsci es conquistado.
Se casan en 1923 y tendrán dos hijos, Delio, el cinco de septiembre de 1924 y Juliano, el 30 de agosto de 1926.
De frente al advenimiento al poder de Mussolini, la Internacional
establece que los comunistas italianos se fundan con la corriente
socialista de los internacionalistas y ordenan la constitución de un
nuevo ejecutivo, metiendo en minoría a Bordiga, todavía contrario a todo
acuerdo. Pero, mientras tanto, en Italia, son arrestados en febrero de
1923, tanto Bordiga como los representantes del nuevo ejecutivo.
Gramsci permanece así como el máximo dirigente del partido y en
noviembre se transfiere a Viena para seguir de más cerca la situación
italiana.
Diputado del parlamento
Es electo diputado en las elecciones del 6 de abril y puede volver a
entrar en Roma, protegido de la inmunidad parlamentaria, el 12 de mayo
de 1924. En el mismo mes, en los alrededores de Como, se realiza una convención ilegal de los dirigentes de las federaciones comunistas italianas:
los delegados se fingen dependientes de una empresa milanesa turística
en excursión. Con todos los discursos públicos fascistas e himnos a
Mussolini, discuten la táctica del partido y la línea de Bordiga, aunque
excluida del Ejecutivo, resulta todavía mayoritaria.
El 10 de junio un grupo fascista rapta y mata al diputado socialista Giacomo Matteotti,
parece que el fascismo está por derrumbarse por la indagación moral que
en aquellos tiempos atraviesa el país, pero no es así; la oposición
parlamentaria escoge la línea estéril de abandonar el Parlamento: los
liberales esperan un apoyo de la Corona que no viene, los católicos son
hostiles tanto con los fascista como con los socialistas y éstos últimos
son hostiles a todos, comunistas incluidos; la oposición del Aventino,
según Gramsci, no tiene voluntad de actuar: tiene un «miedo increíble
que nosotros tomamos de la mano y luego maniobra para obligarnos a
abandonar la reunión».
A pesar de las divisiones de la oposición antifascista, Gramsci cree que la caída del régimen era inminente:
el fascismo «ha logrado constituir una organización de masa de la
pequeña burguesía. Es la primera vez en la historia que esto se
verifica. La originalidad del fascismo consiste en el haber encontrado
la forma adecuada de organización para una clase social que ha sido
siempre incapaz de tener una buena relación y una ideología adecuada».
Se engaña, porque la inercia de la oposición no es capaz de dar
alternativas a aquel bloque social y los fascistas retoman valor y sobre
todo las violencias grupales; en una de las tantas muestras
violentas es agredido Gobetti; cuando, el 13 de septiembre, el militante
comunista Giovanni Corvi, para vengar la muerte de Matteotti, mata en
un tren al diputado fascista Armando Casalini, la represión se
incrementa.
El 20 de octubre Gramsci propone vanamente que la oposición aventiniana
se constituya en Antiparlamento, el 26 parte para Cerdeña, para
intervenir en el congreso regional del partido y para volver a ver a sus
familiares. El 6 de noviembre se despide de su madre, sin saber que jamás la volvería a ver.
El 12 de noviembre de 1924 el diputado comunista Luigi Repossi vuelve a
entrar en el Parlamento, donde se sientan solo los diputados fascistas y
sus aliados, para conmemorar a Matteotti, y el 26 vuelve a entrar todo
el grupo parlamentario comunista
El 27 de diciembre de 1924 el cotidiano Il Mondo publica las
declaraciones de Cesare Rossi, ya jefe de la oficina de correos de
Mussolini, a propósito del delito Matteotti «Todo cuanto ha sucedido ha
ocurrido siempre por la voluntad directa o por la aprobación o por la
complicidad del Duce» y el 3 de enero de 1925 Mussolini, en un
discurso que se hizo famoso, declara en la Cámara que asumía «la
responsabilidad política, moral, histórica de todo aquello que había
ocurrido», dando camino a una nueva acción de represión.
De febrero a abril de 1925 Gramsci se encuentra en Moscú para conocer
finalmente al hijo Delio y volver a encontrarse con su esposa. El 16 de mayo, en Italia, realiza su primer –y único discurso en el parlamento,
delante del ex compañero de partido Mussolini, con el pretexto de
golpear la Masonería, el gobierno había predispuesto un diseño de ley
para disciplinar las actividades de asociaciones, entes e institutos.
La Cuestión Meridional
Cuando regresa a Roma, pasa algunos meses con la familia. Su esposa, que espera al segundo hijo Giuliano, deja Italia el 7 de agosto de 1926, mientras
la cuñada Eugenia regresa a Moscú el mes siguiente con el hijo Delio;
Gramsci escribe del hijo que «me parece que ahora inicia para él una
fase muy importante, aquella donde deja los recuerdos más tenaces,
porque durante su desarrollo se conquista el mundo grande y terrible».
Pero no será jamás parte de los recuerdos del hijo, éste no lo verá más.
En septiembre comienza a escribir un ensayo sobre la cuestión meridional, en la cual analiza los años del desarrollo político italiano desde 1894, año de los movimientos campesinos sicilianos.
De frente a la persistencia de la oposición obrera, se manifiesta
también contra los dirigentes socialistas reformistas, Giolitti buscó un
acuerdo con los campesinos católicos del centro-norte. El problema
es entonces, para Gramsci, una política de oposición que rompa la
alianza burguesa-campesina, haciendo convergir a estos últimos en una
alianza con la clase obrera.
La sociedad meridional, según Gramsci, está constituida por tres
clases fundamentales: jornaleros y campesinos pobres, políticamente
inconscientes; pequeños y medios campesinos que no trabajan la tierra
pero que de las cuales obtienen una renta que les permite vivir en la
ciudad, normalmente como empleados estatales, los cuales desprecian y
temen al trabajador de la tierra y hacen de intermediarios al consenso
entre campesinos pobres y la tercera clase, aquella de los grandes terratenientes,
que a su vez contribuyen a la formación de la intelectualidad nacional,
con personalidad del valor de Benedetto Croce y de Giustino Fortunato y
son, aquellos, los principales y más refinados defensores de la
conservación de este bloque agrario.
Para poder despedazar este bloque se necesitaría de la formación de una
clase de intelectuales medios que interrumpan el flujo del consenso
entre las dos clases extremas favoreciendo así la alianza entre
campesinos pobres el y proletariado urbano.
El Arresto, el proceso y la cárcel
Escribe una carta al comité central del partido bolchevique en el cual, después de la muerte de Lenin, inició una lucha entre las diversas corrientes:
«hoy ustedes están destruyendo vuestra propia obra y corren el riesgo
de anular la función dirigente que el partido comunista de la URSS había
conquistado [...] vuestros deberes rusos pueden y deben ser llevados a
cabo sólo en el cuadro de los intereses del proletariado internacional».
Pero Togliatti, delegado del PCI en Moscú, prefiere no entregar la
carta. Esto creo un conflicto entre Gramsci y Togliatti que nunca se
resolvió en su totalidad.
El 31 de octubre de 1926 Mussolini sufre en Bolonia un atentado sin
consecuencias personales, que es utilizado como pretexto para eliminar
los últimos residuos de democracia: el 5 de noviembre el gobierno
disuelve los partidos políticos de oposición y suprime la libertad de
prensa. El 8 de noviembre, en violación de la inmunidad
parlamentaria, Gramsci es arrestado en su casa y encerrado en la cárcel
de Regina Coeli. Después de un periodo confinamiento en Ustica, el 7 de febrero de 1927 es encerrado en la cárcel milanesa San Vittore.
El proceso a veintidós imputados comunistas, entre los cuales incluían a
Umberto Terracini, Mauro Scoccimarro, Giovanni Roveda y Ezio Riboldi,
inicia en Roma el 28 de mayo de 1928; el presidente del Tribunal
Especial Fascista, instituido el 7 de febrero de 1927, es el general
Alessandro Saporiti y tiene por jurados cinco cónsules de la milicia
fascista. Gramsci es acusado de actividad conspirativa, instigación a la guerra civil, apología de rato e incitación al odio de clase.
El ministerio público Michele Isgrò, en conclusión de su requisitoria,
declara que «por veinte años debemos impedir a este cerebro funcionar» y
de hecho Gramsci, el 4 de junio, es condenado a veinte años, cuatro meses y cinco días de reclusión; el 19 de julio alcanza la cárcel de Turín, en la provincia de Bari. El mismo médico de la cárcel de Turín llegó a decir a Gramsci que su misión como médico fascista no era mantenerlo con vida.
El 8 de febrero de 1929 obtiene finalmente lo necesario para escribir e inicia la escritura de sus Quaderni del carcere. Desde 1931 Gramsci sufre una grave enfermedad, el mal de Pott, además de principios de tuberculosis y de arteriosclerosis, por todo esto puede obtener una celda individual, trata
de reaccionar a la detención estudiando y elaborando sus propias
reflexiones políticas, filosóficas e históricas, sin embargo las
condiciones de salud empeoran y en agosto Gramsci tiene una imprevista y
grave hemorragia.
El 30 de diciembre de 1932 muere su madre y los familiares prefieren no informarle. El 7 de marzo de 1933 tiene una segunda crisis grave, con alucinaciones y delirios:
En París se constituye un comité, del cual forman parte, ente otros,
Romain Rolland y Henri Barbusse, para obtener su liberación junto con la
de otros detenidos políticos, pero sólo hasta el 19 de noviembre
Gramsci es transferido a la enfermería de la cárcel de Civitavecchia y
el 7 de diciembre a la clínica del doctor Cusumano en Formia, vigilado
tanto desde la recamara como desde el exterior.
El 25 de octubre de 1934 es acogida por Mussolini la petición de libertad condicional pero no es libre de moverse, en tanto que se le impide ir a curarse a otro lugar ya que el gobierno temía una fuga; solo el 24 de agosto de 1935 puede ser transferido en la clínica “Quisisana” de Roma. Está en graves condiciones: además del morbo de Pott, a la tisis y a la arteriosclerosis, sufre de hipertensión y de gota.
El 21 de abril de 1937 Gramsci adquiere la plena libertad pero está ya gravísimo en el hospital: muere al alba del 27 de abril, con apenas cuarenta y seis años, de hemorragia cerebral. Según afirma un oficial de la Santa Sede, antes de morir se convirtió al catolicismo y en el lecho de muerte pidió los sacramentos.
El presidente de la Fundación Instituto Gramsci afirma que no hay
ningún documento que acredite este hecho. Este oficial de la Curia
Romana cita el testimonio de una monja que prestaba sus servicios en el
hospital en que Gramsci murió. Al parecer -según su versión- también pidió que le trajeran una imagen del Niño Jesús y la besó conmovido.
Por su parte su hermano Carlo Gramsci tiene una versión distinta.
Afirma que estaba presente en su muerte y relata: «Tras el último
intento por parte de las monjas para que se convirtiera, reaccionó
girándose hacia el muro». Incinerado, al día siguiente se efectúan los funerales, a los cuales participan sólo el hermano Carlos y la cuñada Tatiana: Las cenizas fueron inhumadas en el Cementerio de Verano y de aquí transferidas al cementerio acatólico de Roma.