La investigadora Margarita Salas apuesta por la investigación en España
La investigadora Margarita Salas ha impartido una conferencia sobre el
papel de la mujer en la ciencia y ha charlado con los alumnos de
Biotecnología de la Universidad Francisco de Vitoria sobre los temas que
les interesan, el futuro de su carrera investigadora, el papel de
investigadora y madre, etc.
La gran bioquímica Margarita Salas ha participado esta semana en una charla con los alumnos del Grado en Biotecnología de la Universidad Francisco de Vitoria. En su conferencia “Mujer y ciencia” ha hecho un repaso de las personalidades femeninas más destacadas en el campo de la ciencia, desde la antigüedad hasta nuestros días, destacando que, a pesar de su presencia en todas las áreas científicas, siempre lo han tenido muy difícil para hacerse un hueco y lograr un reconocimiento profesional precisamente por ser mujer. En la actualidad, aunque ya se ha recorrido un largo camino en este sentido, el número de mujeres que alcanzan un puesto directivo es todavía muy bajo.
También ha contado su testimonio personal como mujer científica. Desde sus primeros años de estudio en la carrera de Química, su conversación con el premio Nobel, Severo Ochoa, que determinó su vocación y la investigación en bioquímica. Posteriormente y gracias a Ochoa, realizó una tesis doctoral dirigida por el científico Alberto Sols, con el que luego estuvo trabajando. Se casó con Eladio Viñuela, también científico, con el que estuvo investigando, primero en grupos diferentes en Nueva York y luego juntos en Madrid. “Siempre fui la mujer de Eladio”, hasta que él decidió cambiar su motivo de estudio y “gracias a su apoyo y ayuda y a mi trabajo, pude destacar yo, siendo, por fin, Margarita Salas”.
Los alumnos han charlado con la científica, mostrándole sus preocupaciones:
¿Cómo ve usted a la mujer científica en el mundo actual?
El número de mujeres que realiza una tesis doctoral en nuestro país iguala o supera al número de hombres. La mayoría de estas mujeres se plantea una carrera científica tan seria como la de los hombres. Yo no veo discriminación a la hora de pedir una beca, realizar una tesis doctoral, o para obtener un puesto de trabajo en nuestros centros de investigación. En un artículo reciente se decía que la mujer formaba un 53% de la universidad pero sólo ocupaba un 34% de las plazas de profesor titular y el 14% de las cátedras. Por otra parte, sólo 10 de los 74 rectores de las universidades españolas son mujeres. Y ningún presidente del CSIC ha sido mujer. Aún así es evidente que el número de mujeres científicas ha aumentado de forma espectacular, lo que contrasta con el porcentaje de mujeres en puestos directivos. Yo soy optimista y pienso que con el aumento de mujeres que hay hoy en día en nuestros laboratorios, si las mujeres seguimos luchando e incorporándonos en el mundo laboral, en unos 15 o 20 años, la mujer investigadora ocupará el puesto que le corresponde de acuerdo con su capacidad y su trabajo.
¿Qué opina de la ley de paridad?
Creo que en este momento la mujer no necesita ninguna ley de paridad. Lo que necesita es que se le ayude desde el punto de vista social. Hay aspectos positivos como que en un tribunal haya una representación femenina para que no se olviden de las mujeres pero creo que el hecho de que por ser mujer tengas necesariamente que tener una plaza no es bueno porque desprestigia a la mujer. Se nos tiene que seleccionar por lo que valemos, no porque tengamos una cuota. Soy contraria a la discriminación positiva. Es mejor que se nos valore como personas.
¿Se puede ser una gran investigadora, mujer y madre? ¿Es compatible tener una familia y ser investigadora?
Yo soy mujer y soy madre. Pero también es verdad que he hecho las cosas de forma meditada. Fui pionera en el tema de la maternidad. Me casé con 24 años, nos fuimos a investigar a EEUU, y cuando volvimos a España fue cuando, con 37 años, fui madre. Muy tarde para lo que eran las costumbres de aquella época. Ahora es más habitual pero antes era impensable. Con esto no quiero decir que haya que posponer la maternidad hasta tan tarde como lo hice yo, pero hay que pensar bien cuándo podemos y queremos ser madres. Es cierto que es más difícil para las mujeres el ser investigadora y madre porque todavía hay que superar muchas barreras sociales como es, por ejemplo, el tema de la mujer embarazada. No hay que pensar que si una quiere ser investigadora no va a poder ser madre. De hecho, prácticamente todas las parejas que se han formado en mi laboratorio tienen hijos.
Ante la situación de crisis que hay ahora mismo, ¿qué recomienda a los futuros investigadores?
A los que tengan muy claro que se quieren dedicar a la investigación les recomiendo escoger un buen laboratorio para investigar. En España hay muchos. De hecho, yo no recomiendo salir fuera para hacer la tesis doctoral. Luego ya sí, la tesis postdoctoral es mejor hacerla fuera para aprender cómo se hacen las cosas en otro sitio y luego volver y aplicar las cosas buenas y desarrollar aquí la carrera investigadora.