Adolescentes vespertinos tienen mal rendimiento académico
Se debe a la falta de sueño y al desajuste con los ritmos sociales de la
academia o de su familia, más sincronizado con el reloj físico-social
matutino
Quienes suelen retrasar su sueño y no pueden adelantar la hora en la que se levantan dado que deben asistir entre las 08:00 y las 08:30 horas a clases o el trabajo, suelen no rendir correctamente en sus tareas ya que no duermen lo suficiente.
El ritmo de esos jóvenes es diferente al de su entorno por eso el desfasaje. A esto, le han dado en llamar jet-lag social y advierten que es similar a la asincronía que se experimenta luego de un vuelo transoceánico. No obstante, a diferencia de éste, el jet-lag social es permanente, se repite de forma diaria.
Esa asincronía suele manifestarse a través de somnolencia en las primeras horas del día y un mejor rendimiento tanto a nivel físico como psicológico por la tarde-noche.
La ecuación mayor vespertinidad-peor rendimiento académico fue comprobada por un grupo de estudiosos en la investigación “Estilos Psicológicos, Género y Salud” de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que fue publicada en la revista Learning and Individual Differences.
En el estudio se interrogó a jóvenes de entre 12 y 16 años que cursaban Educación Secundaria Obligatoria. Se les preguntó a propósito de la hora preferida para hacer actividad física, tareas exigentes, acostarse y levantarse. También informaron sobre sus hábitos de sueño y notas.
Los resultados revelaron que a pesar de las horas de sueño, los adolescentes vespertinos dijeron tener peores calificaciones. La relación mal descanso, peor rendimiento queda reflejada en mayor medida entre quienes tienen entre 12 y 14 años, una edad en la que se suele dormir menos de lo indicado y de forma contraria al entorno familiar ya sea por las salidas nocturnas y la búsqueda de otros intereses diferentes a los de un niño o una persona mayor.
Los investigadores aseguran que esta tesis debería ser tomada en cuenta a la hora de planificar y distribuir la exigencia que se les imparte en el correr de la jornada académica.